miércoles, 19 de octubre de 2011

Francisco Bustamante

 Sigue ahí en la oscuridad de mi desorden, en la lealtad de la algarabía, demasiado auténtico para ser mi primer enamorado. Te conocí y me caíste mal... En la que hablabas y decías, oye flaquita me gustas. Yo te ignoraba. Tenía 11 años y nunca quise tener enamorado (ahora estoy en la misma etapa, pero tengo 18); nose en que momento, pero llegaste ser mi primer amor, mi primer beso, mis primeros celos, mi primer todo...

Nose si te dí algo o mucho, pero era demasiado "peliandera", y eso era lo que más odiabas. Yo una niña caprichosa, sin mentirte, absolutamente dedicada a fregarte el día, en realidad la vida, porque hasta ahora hablamos, y hasta ahora dices que me amas... Debo confesarte públicamente que después de ti, no he vuelto ser feliz... He soñado con volver a ser lo, sí... pero no he podido, por más que intento la vida se me hace imposible, aunque tengo a mucha gente que me quiere ayudar, siento que todo va en vano... A veces me arriesgo demasiado y creo que lo que hago esta bien, pero siempre va mal... Sé que a veces hago cosas sin pensar, o las pienso y luego me arrepiento... tan solo me gustaría retroceder el tiempo y volver a empezar todo de nuevo... Y amarte como la última vez... El problema con Francisco fue Mónica, una gringuita de ojos cafés, pensé que me engañaba con ella, pero cuando le pregunté me dijo que era lesbiana.

Mónica tenía 12 estudiaba en el mismo colegio, estaba en la tarde y le gusté, nose en que momento, pero le gusté, no puedo negar que ella también me gustó, la amé sin medida... pero la odié al saber que no quería ser lesbiana, de repente con ella hubiera sido mejor... Mónica te amaré en silencio y sin medida...

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